Por: Manuel Alejandro León Velázquez
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La flora y la fauna de cualquier localidad, debe ser vigilada con recelo, porque es algo que afecta a los residentes desde diferentes puntos de vista, por ejemplo en el municipio cabecera de la provincia de Guantánamo, hubo momentos en que los pueblerinos no se podían sentar en los asientos del parque José Martí, en el centro de la ciudad, porque los pájaros negros que habitaban en los árboles, en cantidades exageradas, lanzaban sus heces fecales a los que allí hacían estancia.
El que se haya resuelto esta situación no quiere decir que se terminaran las molestias, porque ahora que no están las aves, los que perturban la estadía de los que visitan el parque son los perros callejeros.
También los transeúntes de la zona están afectados por la cantidad de perros que permanece en el lugar, pues en varias ocasiones los animales han intentado agredir a las personas.
Cuando preguntamos a los trabajadores que laboran en el parque, con el fin de conocer de dónde han salido estos canes, dijeron no saber; no obstante se puede constatar cómoles han puesto hasta nombres a los animales y si alguien intenta defenderse de una agresión por parte de ellos, incluso salen en su defensa.
Si bien la campaña de lucha contra los vectores como el mosquito Aedes Aegypti, contribuye a la erradicación de epidemias; con estos animales en la calle existe elpeligro de enfermedades de contagio, como la escabiosis (sarna) o la zoonosis viral más antigua que es la hidrofobia, conocida popularmente como rabia; además de afear el ornato público
El Departamento de Higiene y Epidemiología de la ciudad debería tomar medidas con estos perros callejeros, que se reproducen como una plaga, y limpiar de ellos el municipio, en particular sus parques.
Aunque el régimen no soporta críticas de algún tipo, se puede apreciar que las autoridades encargadas de estos problemas no son competentes para percatarse del peligro que representa tener sueltos a estos sabuesos, o simplemente no les interesa tomar cartas en el asunto.
Guantánamo, 19 de abril de 2016